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Aunque no esté claro quién merece el crédito por su invención, una cosa es segura: los botones a presión tienen una larga historia como uno de los estilos de botones más versátiles y ampliamente utilizados. Los botones a presión aparecieron por primera vez en Europa alrededor de 1840. Utilizados principalmente en vestuario teatral, los botones a presión se cosían generalmente en el exterior de las prendas para sujetar y quitar rápidamente piezas como volantes y cuellos. A principios de la década de 1890, los botones a presión comenzaron a aparecer en prendas de abrigo, guantes y pantalones de trabajo para hombres. En 1903, liderados por el fabricante alemán Prym, los botones a presión se habían convertido en uno de los principales cierres de ropa en la industria de la confección.